jueves, 3 de enero de 2008

Lo que pasó y pasará


Como es habitual por estas fechas toca hacer balances y pronósticos y en internet también. La mayor constante en la alta tecnología es el cambio, que hace que en la red los años parezcan con la mitad de meses y las estaciones sean los puntos de referencia. Predecir así se convierte en un arriesgado juego, aquí las palabras no se las lleva el viento ni duermen mientras amarillean en las hemerotecas. La caché de Google o de cualquier otro chivato las hace saltar a la pantalla con la rapidez de las malas noticias por lo que moverse en el terreno de las generalidades trae más a cuenta.

Los que dijeron que el 2007 traería la afirmación y fortalecimiento del usuario en la web 2.0 acertaron de lleno. Las redes sociales han sido la estrella y sus tentáculos se dejan ya sentir en todos los ordenes: las compras y el comercio "boca a boca" se disparan, los políticos, aunque mal y tarde, van entendiendo a regañadientes del poder del cibervotante y los medios tradicionales no pueden ya mantener en el rincón de las curiosidades la ola de periodismo ciudadano y generadores de contenido con las que el usuario reclama cacho.

El paso es tan trascendental cómo decir que el mundo de internet pasó de ser vehículo de información de contenidos a motor de colaboración entre la gente, es decir, por vez primera desde el nacimiento de la www los internautas han tomado el control de la evolución de la red y las grandes compañías siguen su estela y se rebanan los sesos en busca de su complacencia y fidelidad a sabiendas de que cualquier otro camino significa el fracaso.

Las predicciones para 2008 se inclinan en gran parte por la informática y la accesibilidad tanto para el usuario medio como para las empresas. El Open Source o código abierto y Linux imparables. Productos más rápidos y menos caros.

Uno de los retos más urgentes es reducir la congestión del tráfico. Cada vez más esto se parece a una autopista congestionada (en el caso español con el agravante de unas operadoras ineficaces cual bandoleros en el camino). El incremento del tráfico para descargar música, video-clips, juegos o programas (que no, que no es piratear, que los piratas son otros) hace que la norma inalámbrica internacional 802.11g (algo así como el número de carriles) pase al olvido y se imponga una velocidad de conectividad más rápida.

Y como siempre con un ojo puesto en los políticos y sus endémicas manías de censura envueltas en seguridad y orden. ¡Qué cruz!

¡Ah!, se me olvidaba, se retira Bill Gates, aunque sólo de boquilla.

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