En Abril del pasado año se conoció el caso de Ghulam Nabi, pakistaní que perteneció al movimiento talibán y acabó convertiéndose en espia y traicionándolo. La notícia de Associated Press añadia a su historia un vídeo que mostraba solo su traslado hacia la posterior decapitación a manos de un niño de 12 años. Ahora aparecen el resto de fotográmas, las imágenes más terribles que la guerra, en su locura desbocada, puede fabricar. Lo que te puedes encontrar al verlo te lo puedes imaginar, si piensas que pueden causarte un fuerte malestar mejor ahórratelas. No tiene sentido tanto horror.
Visto en Jaggle.
martes, 12 de febrero de 2008
La mente rota
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