jueves, 28 de febrero de 2008

La escopeta nacional


Hoy estoy optimista. ¿Le importa a alguien?, aparte de mi familia y amigos le importa a mi Caja y representantes políticos (los de la Caja, digo, no los míos). Y como quiero compartir con todos vosotros el porqué de este embriagador estado de satisfacción os cuento.

Abre dos pestañas del navegador (¡pero hombre y mujer de Dios, ¿todavía con Internet Explorer?!, anda, instálate Firefox), accede a Google, en una teclea "España encabeza" y en la otra "España a la cola". ¿Listas y listos?, ¡enter!

España a la cola de Europa en innovación y cada año peor, a la cola de Europa en precios y conexiones, España se aleja de los países más avanzados en Sociedad de la Información, a la cola en el ranking de patentes, a la cola de los países desarrollados en el uso de Internet, a la cola en conocimiento de idiomas (en particular del Inglés), a la cola en inversión I+D, a la cola del teletrabajo, a la cola de Europa en sueldos mínimos, a la cola del cumplimiento de Kioto, a la cola en ayudas a la familia, a la cola de la educación en la OCDE, a la cola de Europa en tecnologías, a la cola en atención al paciente, en innovación empresarial, en permisos de maternidad, en flexibilidad laboral, en ayudas para comprar libros de texto, en gasto social por habitante, en empleo femenino entre 25-54 años, en arquitectura sostenible, en la sustitución de combustibles fósiles, en la prevención laboral... a la cola en el uso de Firefox ¡Santiago y cierra España! (sin coma).

Vamos con las "buenas noticias": España encabeza los ataques de phising o vulnerabilidades tecnológicas, en donación de órganos (será para que no se pierdan nuestros genes), en partos por cesáreas, en el consumo de cocaína, en vertidos de residuos, en contratos basura, España entre los países con mayor número de ricos, con mayor crecimiento en el precio de la vivienda, en corrupción urbanística, en comisiones bancarias, en contaminación acústica, en locales de alterne, en billetes de 500 euros, en fuga de científicos, en abandono escolar, en políticos corruptos, en evasión fiscal, en curas talibanes.

Hoy estoy optimista, como en España no se vive en ninguna parte, soy un patriota, formo parte de esa inmensa mayoría que babea con los debates políticos. ¿Que si no me gusta, que me vaya? No por favor, déjame compartir con todos mis compatriotas otra estadística: "En España, de diez, nueve embisten y uno piensa".

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