jueves, 18 de octubre de 2007

YouTube arrasa

Este mes se cumple un año de la compra de YouTube por el buscador Google por 1.650 millones de dólares y también de la elección por la revista Time como el mejor invento (sic) de 2006. Con sólo estos datos bastaría para suponer que YouTube llevara años de funcionamiento pero no, apenas fue año y medio antes (febrero de 2005) cuando Chad Hurley, Steven Chen y Jawed Karim, tres empleados de PayPal (empresa perteneciente al sector del comercio electrónico por internet que permite la transferencia de dinero entre usuarios), desarrollaron el portal para subir vídeos, compartirlos y verlos en linea.

En menos de tres años y con un crecimiento exponencial hasta ahora desconocido las cifras son de mareo: más de 70.000 nuevos vídeos al día, más de 100 millones de visitas cada mes y una factura por transferencia de datos cercana a los dos millones de dólares mensuales. ¿Y si el servicio que ofrece es gratis... quién paga la factura? Se supone que la publicidad, o al menos lo intenta, además de esponsorizaciones y acuerdos con compañías para el lanzamiento en exclusiva de sus productos.



Desde el comienzo, la empresa se vio inundada con demandas de grandes y no tan grandes corporaciones que ven amenazados sus derechos de copyright. La penúltima con la cadena musical MTV que se une a las más de 800 que han pedido a YouTube la retirada de vídeos.
Su repercusión e influencia en la cultura popular no deja de crecer y así, por ejemplo, cantantes y grupos de música alcanzan éxitos de ventas y críticas sin pasar por productoras, los políticos en campaña electoral abren sus propios canales y profesores y alumnos comienzan a utilizarlo como herramienta de educación. Una universidad norteamericana ya imparte cátedra sobre el portal y sus implicaciones sociales.

Desde Junio está en castellano además de en otros nueve idiomas. El empeño con el que algunas televisiónes españolas tratan de presionar a YouTube para la retirada de sus contenidos no casa con el número creciente de vídeos alojados en el portal que esas mismas cadenas emiten sin pedir permiso. Y es que, aunque todos jueguen con las cartas marcadas, el futuro pasa por las imágenes a la carta y a través de internet.

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