jueves, 20 de septiembre de 2007

Es la economía, idiota

Bill Clinton le dijo esta frase a Bush padre durante una campaña electoral. Y vaya si acertó, nada hay que nos afecte tanto y probablemente de nada sepamos menos. Hasta ahora.

Hay siempre un lenguaje interesadamente críptico en determinadas profesiones; desde el arte al notariado, desde la medicina a la política. Es como si "la masa social" debiera estar en un limbo de ignorancia por su bien. Una especie de elitista tutoría, pastoreo de ovejas donde el pastor lleva antifaz y el perro se distribuye por ondas, cables y quioscos.

Bueno... por dónde iba, ¡ah sí!, "la economía, idiota". Como las cosas pintan bastos, muy bastos, por mucho que ahora los crípticos lancen tranquilidad, necesario es recordar que la internet ocupa un espacio, hasta ahora vacío, para la divulgación de manera clara, sencilla y fiable (si eliges bien) de materias reservadas. Palabras como euribor, subprime, inyección de liquidez, deflación, se han convertido en habituales en las conversaciones.

Pero ¿realmente se sabe qué son?, ¿preguntó usted qué era un interés variable al firmar su hipoteca? Pues si no lo hizo ahora le toca ponerse al día y dedicarle al tema el tiempo que merece porque el futuro más próximo es tormenta y de las gordas y cuando el pastor y su perro le cuenten el por qué con su dinero se fueron de parranda y lo perdieron, el por qué le hicieron creer que era rico porque su piso costaba tropecientos millones, el por qué en el extranjero son idiotas y cuando diseccionan nuestro muerto y dicen que huele que apesta, es por envidia del milagro económico español, párese un momento, deje de rumiar el menú oficial y abra el navegador.

A los portales de economía con formatos clásicos pero más "sinceros" que sus equivalentes en papel, como eleconomista.es, elconfidencial.com, expansion.com, se añaden recientes como altereconomia.org y decenas de blogs de profesionales y amateurs así como foros.

Al estado de la cuestión lo llaman crisis de confianza, de confianza entre ellos, imagínense cómo están las cosas que ni entre ellos se fían. De usted y de mí hace tiempo que pasan.
A reunión de pastores, ovejas muertas.

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