"El término “Google” está basado en la palabra “googol”, acuñada por Milton Sirotta, sobrino del matemático norteamericano Edward Kasner. Se refiere al número representado por 1 seguido de 100 ceros, es decir, una cifra muy elevada".
Cuando en 1995 Sergey Brin y Larry Page (de 23 y 24 años entonces) se unieron para crear un algoritmo para la búsqueda de datos, creo que no llegaron a imaginarse en lo que en tan pocos años acabaría convirtiéndose la marca Google y su dominio google.com, registrado en 1997. Hoy es la primera compañía a nivel global por delante de General Electric, Microsoft o Coca Cola. Su sede central está en California, la base europea en Irlanda y la delegación hispana en Argentina, en la que se enmarcará la filial española.
¿Su secreto? Todos sus productos son gratis; desde su buscador, que en España es utilizado de manera casi absoluta frente a a cualquier otro, su famoso mapamundi en 3D con imágenes en alta resolución Google Earth, su correo electrónico Gmail, la primera red global de publicidad GoogleAdSense, portal de noticias, de vídeo, incrementado con la compra de YouTube y una larga lista de aplicaciones incluida su propia Iglesia y su propia definición de buscar "guglear" que a no tardar acabará incluida en los diccionarios.
Pero si el saber es poder, entonces sus motores de búsqueda son un superpoder y una perla codiciada por los gobiernos del mundo. Los resultados en cada país se ven supeditados a la legislación nacional y, aunque no se confiese, a los intereses económicos y políticos (más cerca de nosotros de lo que imaginamos), que cada día más, estrechan el cerco a su pretendida imparcialidad. El caso más conocido es China donde la libertad de información está muy limitada y miles de páginas tomadas por subversivas son automáticamente eliminadas del buscador con el acuerdo de la propia empresa.
Un mercado, que se hace llamar libre, se encuentra con este gigante de la información que como todo monopolio tiene su cara oculta y sus teorías conspiratorias y que deberá dar prueba día a día de su veracidad. ¿La solución?, para los expertos informáticos sería la descentralización con extensas redes de pequeños motores de búsqueda más difíciles de controlar.
jueves, 6 de septiembre de 2007
El poder de Google
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