domingo, 12 de agosto de 2007

Credit crunch

Hoy Domingo los dueños del dinero se han reunido para ver como arreglan la que se les viene encima, la que se nos viene encima.
Os supongo más o menos enterados de lo que está pasando con las bolsas. Si, ya sé que utilizan un lenguaje críptico, solo para "entendidos", pero no nos dejemos engañar, esto es como la economía de cualquiera de nuestras casas: si gastas más de lo que tienes, debes, si pides crédito para seguir gastando, debes más. Hasta que un día nadie te da más crédito y el cobrador del frack llama a tu puerta.
Copio y pego el comienzo de un artículo de Manuel Buitrago, en laverdad.es de Murcia (periódico como "nuestro" DdeB y tierra-guarida de especuladores), que ilustra de manera simple (simple de sabia) lo que bajo el sol de agosto sucede, con nosotros de espectadores boquiabiertos (en el mejor de los casos).
Por cierto, vuelvo en ocho días, me voy a Suiza a cambiar los dos euros ahorrados por francos suizos. Mientras, si os apetece, podéis repasar las entradas, quizás haya algo que no visteis y merezca la pena.
Hasta entonces... y que la Virgen de la Droga nos ampare y proteja a todos (menos a los cabrones que nos metieron en esto).


La hipoteca, qué risa.
Manuel Buitrago

Es sábado. Eme observa en la playa a un joven matrimonio a la conquista de la felicidad. Ambos juegan con las palas mientras sus dos hijos de corta edad caen bajo el cuidado de la suegra, en ese momento leyendo un folletín a resguardo de la sombrilla. Mecánicamente, la señora levanta los ojos sobre la revista para calcular por dónde andan los enanos, como si fuera un radar. A las dos y media les espera una paella de pollo y marisco. En ese instante de sosiego y felicidad parece que todas las cosas están en su sitio, pero no es así. A miles de kilómetros, en todas las direcciones, se cuece una crisis financiera y monetaria que amenaza con una recesión planetaria de tres pares de narices por el estallido de la burbuja inmobiliaria de Estados Unidos. No hay pasta para pagar los préstamos hipotecarios y crecen los morosos.
Mientras la economía mundial están dando un triple salto mortal, la familia media española disfruta de la playa de agosto, la paella y la siesta de orinal. Total, para qué preocuparse.

sigue...

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